Navarra-Nafarroa Estado Europeo
NAVARRA ESTADO EUROPEO.NAVARRA ESTADO EUROPEO Urzainki demuestra que navarra fue un estado europeo hasta hace 160 años NOVEDAD El autor de “La navarra marítima” sorprende con este nuevo trabajo de investigación «Navarra no es una comunidad cultural, ni una provincia o autonomía, sino una sociedad política estatal europea» afirma, amparado en la contundencia de decenas de pruebas documentales que ha revisado con rigor, el abogado pamplonés y presidente de la Iniciativa Nabarralde (www.nabarralde.com), Tomás Urzainki, autor de reveladores trabajos de investigación entre los que destaca: “La navarra marítima” y que ahora vuelve a sorprender con su libro: “navarra estado europeo”, editado por Pamiela. Tras años de rastreo y relectura de decenas de documentos históricos que reposan en archivos, no sólo del estado español sino de varios países europeos, Urzainki demuestra cómo las escuelas historiográficas dominantes en las Universidades francesas y españolas han manipulado la realidad del Reyno de Pamplona, luego de navarra «con la idea predeterminada de que el progreso radica en los estados gran-nacionales». 51 pruebas-clave El autor demuestra en su estudio de investigación cómo el Reyno de navarra tuvo una presencia propia y diferenciada en todos los Concilios que hasta el siglo XVI y Trento reunieron a las cortes soberanas de Europa. Desmitifica también la interpretación españolista que se ha dado a las cadenas que figuran en el escudo de armas de navarra, como símbolo de la participación del rey navarro en la Batalla de las Navas de Tolosa, y remarca que navarra mantuvo moneda propia y un sistema legislativo y judicial diferenciado, a pesar de la conquista de Castilla. Reinterpretando hasta 51 documentos de indudable interés histórico, que se adjuntan en este “libro blanco” a modo de anexos, Urzainki concluye que «la negación del estado navarro apenas tiene 160 años» y admite que «para algunos resulta insoportable reconocer la conquista y sus secuelas porque éste hecho pone en solfa su dificultoso acomodamiento de estar como españoles o franceses». Gara: "navarra mantuvo su condición de estado hasta 1841" -------------------------------------------------------------------------------- Urzainqui indaga en su último libro en el carácter europeo del Reino de Nafarroa ·«navarra estado europeo» aborda la cultura política de sus habitantes El escritor asegura que éste mantuvo su condición de estado hasta 1841 El escritor iruindarra Tomás Urzainqui vuelve a indagar en el pasado del Reino de Nafarroa para abordar, esta vez, su cultura política y su relación con los estados europeos, quienes lo consideraron una realidad nacional y legítima. El libro «navarra estado europeo», editado por Pamiela, será presentado hoy en Donostia y mañana en Iruñea. IRUÑEA "navarra estado europeo" pone la guinda a la trilogía que sobre las instituciones navarras y la «impostura de la división entre los vascos y los navarros» inició Tomas Urzainqui con "La navarra marítima". Un trabajo al que dio continuidad con "La voluntaria conquista" y "navarra sin fronteras impuestas". Según explicó Urzainqui ayer en Iruñea, este libro editado por Pamiela se centra en «la cultura política de nuestra sociedad, una cultura que se remonta a la época prerromana y que, como estructura soberana que se adecua a las nuevas exigencias del poder político en Europa, se consolidó en el Reino de navarra». Un régimen institucional que, a su juicio, lleva secuestrado 160 años, ya que hasta 1841 Nafarroa mantuvo su condición de estado. «Aunque no tuviera una soberanía política porque desde su conquista no podía cambiar de rey, las instituciones, el poder legislativo y judicial eran totalmente navarros, estando terminantemente prohibido que se aplicara el derecho castellano en sus tribunales. El poder ejecutivo prosigue Urzainqui, desde el punto de vista del gobierno y la administración, recaía en la Diputación del Reino, que era un órgano delegado de las Cortes. Ese fue el poder legitimo de Nafarroa hasta 1841. Es decir, que la negación del estado navarro en realidad no tiene más de 160 años». Según mantiene el jurista, el hecho navarro fue una realidad nacional europea «negada y ocultada por los poderes impuestos de los estados gran-nacionales de Francia y España». Por ello, opta por reencontrar «el poder estatal nacional para conseguir la recuperación de la soberanía de los ciudadanos en su propio estado». El libro, que incluye una cronología histórica del estado navarro, recoge información sobre significativas manifestaciones de la estatalidad de Nafarroa, como sus instituciones, un sistema jurídico completo, las formas de medición (monetaria, pesas, medidas y calendario), la lengua, los símbolos y la soberanía, y la iglesia «nacional», además de la presencia navarra en la cultura universal. «La necesidad del libro es evidente porque hasta hace poco no existían obras que vieran la realidad política de Nafarroa como algo propio y desde dentro, desde sus instituciones, su centralidad y su legitimidad», manifiesta. El libro será presentado hoy a las 19.30 en el sótano de la biblioteca municipal donostiarra y mañana, a la misma hora, en el hotel Maisonnave de Iruñea. Un estado avanzado y moderno IRUÑEA Según expone Tomás Urzainqui, fue el hecho de que el estado navarro fuese un estado moderno, «con una sociedad políticamente cohesionada y unas instituciones solidas, lo que obligó a los conquistadores a tener que soportar, muy a su pesar, la existencia de un sistema jurídico, político y social mucho más avanzado y desarrollado que el suyo propio». De ahí, señala Urzainqui, el funcionamiento actual de «residuos» institucionales pertenecientes al estado navarro. «La concepción jurídico-política y la convicción de nacionalidad que tenían los ciudadanos en este país era muy avanzada», indica Urzainqui. A su juicio, ese sistema en el que se fundan los fueros, se rige por un doble pacto. Por un lado, el que establecen los representantes del pueblo y el soberano que se compremete a ceñirse al mandato y al marco legislativo de la constitución del reino. Por otro, el pacto entre el pueblo y la asamblea representativa. Tras establecerse en Bearne, las instituciones del reino y su sistema político se mantienen hasta la Revolución francesa en 1789. «En pleno dominio absolutista en muchos de los estados europeos, el navarro tenía una organización y una doctrina que eran el mejor antídoto contra el absolutismo, porque éste no podía admitir que la soberanía viniera del pueblo». Según explica, este sistema monárquico tuvo semejanzas en Europa, como ocurrió en Holanda, que a partir del siglo XVI mantiene la teoría del pacto entre los representantes del pueblo y el soberano, sistema que después se establece en Inglaterra. «Esto demuestra la modernidad y el progreso de las instituciones del estado navarro, que son una negación del absolutismo, el hegemonismo y la dominación que representan todavía los estados gran-nacionales de España y Francia», opina Urzainqui. navarra, estado europeo Y entrevista. "navarra es la denominación política de una sociedad europea soberana e independiente" A. E. - Pamplona - Aunque resulte un tanto obvio, para empezar podría desglosar el título de su último libro navarra sin fronteras impuestas. ¿Qué es navarra para Tomás Urzainqui? - navarra no es lo que quieren sus mayores enemigos. Es decir, navarra no se ha convertido, aunque lo parezca, en lo que deseaban los conquistadores, partidores, ocupadores y dominadores. Eso que ellos falsificadamente llaman navarra no lo es, pues se trata de una representación virtual construida a su capricho y conveniencia. La navarra real es precisamente la ocultada y negada por los estados gran-nacionales y sus servidores, que la dominan, España y Francia. Por el contrario, navarra es la denominación política de una sociedad europea soberana e independiente con su propio estado. - ¿Cree que hay fronteras que no sean impuestas? Lo digo porque es un hecho que todos los reinos y estados en el mundo, y en este sentido se presupone que también el navarro, son fruto de enlaces más o menos interesados y de conquistas bélicas. - Ciñéndonos a nuestro entorno de la Europa central y occidental, las únicas fronteras todavía impuestas son fruto del expansionismo e imperialismo de los cuatro estados gran-nacionales que hoy perduran: España, Francia, Inglaterra e Italia, pues los restantes veinticinco estados, existentes en dicha área, tienen fronteras políticas que se corresponden con el ámbito de su propia Nación estado. - Dice en el libro que las actuales fronteras que delimitan navarra vienen impuestas. Pero asegura que este libro no trata de fronteras étnicas identitarias, lingüísticas o culturales, ni tan siquiera de comunitarias, administrativas, provinciales, estatutarias ni autonómicas. Su objetivo es dar a conocer y divulgar las fronteras políticas de navarra. ¿Cuáles son? - Las fronteras políticas de navarra son las percibidas libremente por la sociedad navarra y sus dirigentes como su ámbito jurisdiccional y territorial propio y establecidas jurídicamente por su poder soberano con los poderes colindantes a través de tratados internacionales acordados de igual a igual. - Sostiene en una parte de su libro que, a diferencia de los reinos franco y visigodo que lo acecharon por el norte y por el sur con un alto componente étnico, Vasconia-navarra formaba una de las últimas expresiones de la comprensión universal de Roma, frente a la idea de una nación predestinada -un estado-que se impondría luego. - La Europa romana, concebida como universal, estaba basada en los tratados de federación, lazos jurídicos sagrados que unían a Roma con diversos pueblos y ciudades. Esto no tiene nada que ver con lo que ocurrió después. Isidoro de Sevilla rompe con la historia universal greco-romana y crea el mito etnicista de la nación goda predestinada a dominar Hispania. La falsificación de la supuesta unidad peninsular de la Hispania visigótica, cuando Vasconia jamás formó parte de dicho Reino, está en la base del actualmente llamado pensamiento único. - ¿Cree que reivindicar hoy la realidad de navarra basándose en una argumentación histórica no podría suponer caer en lo mismo? ¿Piensa que sería más adecuado partir de la realidad política que tiene hoy y pedir que sea la voluntad popular de los navarros la que decida qué quiere ser? - Al contrario, con este trabajo pretendo difundir algo de la cultura política de la sociedad navarra, ahora ocultada. Pues la cultura, entendida como lengua, folklore, música, literatura, arte o patrimonio, no abarca la totalidad de lo que supone una sociedad, ya que los elementos culturales citados se ciñen al ámbito que se suele entender como identitario. En cambio, la cultura política concreta de cualquier sociedad se refiere a campos como su legitimidad, centralidad, territorialidad, derecho, pensamiento, gobierno, poder, representación, símbolos, jurisdicción, administración o soberanía. El conocimiento de su propia cultura política resulta imprescindible para la vida democrática de una sociedad determinada. En resumen, una sociedad que ignora lo que le ha pasado, difícilmente puede saber si es libre y soberana o dominada y no democrática. Si la cultura, que pudiéramos llamar identitaria, en una sociedad dominada es forzadamente minorizada y cuestionada; con mayor motivo, la cultura política, en superior medida, es ocultada y negada a esa misma sociedad al objeto de que no tenga ni la más mínima percepción de su propia existencia política, quedando soterrada con todo tipo de triquiñuelas y mentiras bajo la sociedad dominante. - En cualquier caso, si tuviera que proponer un referendum con una pregunta concreta a la sociedad navarra, ¿cuál sería? - ¿Quiere Vd. que navarra sea libre y soberana en Europa? o ¿Quiere Vd. que navarra esté dominada, partida y gobernada por España y Francia? o ¿Quiere Vd. que navarra recupere su propio estado europeo? o ¿Quiere Vd. que navarra vuelva a ocupar su sitio en Europa? o ¿Quiere Vd. que la sociedad navarra sea libre, soberana, plural y democrática?. - De todas formas, por hablar de la Historia que es muy importante para conocer el presente y sobre la que es cierto que ha habido una gran manipulación por parte de historiadores oficiales de España y Francia, hagamos un poco de historia ficción: partiendo de que era complicado ante esas grandes potencias mantener este pequeño estado pirenáico, ¿dónde y cómo estaríamos si en lugar de caer la mayor parte del Reino bajo el dominio de Castilla se hubiera basculado hacia la francesa? - La cuestión es mucho más sencilla, ya que fue precisamente puesto de común acuerdo España y Francia como conquistaron y se repartieron el territorio del estado navarro. Si el estado pirenaico solo hubiera tenido que hacer frente a la agresión por las armas de un solo estado el resultado no hubiera sido el mismo, pero la realidad es que tuvo que enfrentarse casi simultáneamente hasta con cuatro estados: Inglaterra, Francia, Corona de Aragón (Cataluña) y Castilla (España). Pero la soberanía de un estado europeo no puede prescribir aunque haya sido primero conquistado y después desmantelada su estructura estatal hace ciento sesenta años. - Una de las ideas extendidas por determinados grupos de opinión es que la navarra que defiende en su libro, o Vasconia, actualmente es una invención. - En primer lugar, navarra y Euskal Herria son dos conceptos diferentes, pero bien reales, que se refieren al mismo territorio y a la misma sociedad. navarra significa lo político y Euskal Herria el componente cultural, ambos son dos caras de la misma moneda. Por otro lado, aquí la única quimera es la navarra española y francesa. La falsificación que pretende la negación del estado europeo de navarra. La de los que ocultan que navarra es europea directamente y sin intermediarios y que se halla secuestrada e hibernada por España y Francia. - Usted habla de que ya desde el Codex Calixtinus hubo una campaña de intoxicación mediática a nivel europeo contra la realidad propia de navarra, hoy, curiosamente quienes más hablan de una manipulación interesada de la Historia son los responsables estatales y de UPN pero en sentido contrario... - Aquella manipulación de la imagen de navarra hecha en el Codex Calixtinus obedecía a los mismos intereses que tienen ahora los dirigentes del estado español y del PP. No existe diferencia ni contradicción entre Aimeric Picaud y Sanz, ambos quieren una navarra sometida a los franceses y a los españoles. Aunque entre el uno y el otro hayan transcurrido ochocientos sesenta y ocho años, sus planteamientos de eliminación de la soberanía a la sociedad navarra son plenamente coincidentes al afirmar que no es verdadera, que no es legítima y que al oirles hablar recuerdan a perros que ladran. La diferencia está en que, en tiempos del primero, éste pretendía que la imagen virtual que el había creado de navarra sustituyera a la real, mientras que hoy el segundo quiere que la navarra virtual continúe ocultando a la real. navarra, estado europeo http://www.nabarralde.com/npapers/npapers_tyteh_tum.html Territorialidad y territorios en Euskal Herria Tomás Urzainqui Mina 1.- Presentar y analizar las diversas lecturas e interpretaciones de las sucesivas conformaciones político-administrativas de Euskal Herria en su proceso histórico. Para poder hablar sobre esta cuestión de la territorialidad, es preciso que, previamente, se abandonen las perspectivas interesadas, y preeminentes, de los discursos historiográficos pertenecientes a los ámbitos académicos de los estados dominantes, español y francés. Una vez hecho esto podremos entrar en materia. En el transcurso de su proceso histórico la sociedad de Euskal Herria ha tenido, por un lado, su propia potencia política estatal, unificadora y soberana, encarnada en navarra, con independencia respecto a los demás estados europeos; y, por otro lado, ha padecido un efecto particionista, disgregador y separador, a manos del expansionismo de los estados gran-nacionales vecinos. Estos últimos siempre han buscado un virtual y tergiversado discurso histórico, que oculte el autoritarismo de su sistema jurídico-político usurpador y que justifique su dominación ciertamente étnica. En el caso de Vasconia, además de su permanencia cultural y lingüística, es perfectamente clara la existencia de una continuidad entre la realidad social y política que había antes de la llegada de los romanos y la que emerge, no sin cambios, tras el derrumbe del Imperio y que con el estado europeo de navarra llegará hasta el inicio de la época contemporanea. Dicha situación no se encuentra en el resto de Europa, pues los demás pueblos europeos surgen tras las invasiones bárbaras sin conexión con las poblaciones anteriores, o más bien, tras su romanización completa, dominándolas. Existe documentación suficiente donde se testimonia de manera inequívoca que en el ámbito de Vasconia, siglos V al VIII, después como Reino de Pamplona y luego de navarra, siglos IX al XIX, siempre se ha mantenido una conciencia de la territorialidad, centralidad, legitimidad, legalidad y unidad política propia con respecto a los otros países europeos. Aunque todo ello es negado y obviado tras las conquistas de los siglos XII, XVI y XVII por los estados dominadores y su cultura imperialista. Para la época que va del siglo V al VIII no sólo proporcionan informaciones las fuentes documentales de los ámbitos políticos circunvecinos, fundamentalmente del Reino de los francos y también del de los visigodos, sino las fuentes internas tanto textuales como arqueológicas. Sobre la divergente interpretación de la unidad territorial, o política, se han ido configurando en resumen tres corrientes historiográficas fundamentales: la española, la vascongada y la navarra. Sin que tampoco falten las posturas intermedias y las de los de siempre que no se atreven a desentonar mucho de la versión virtual y "oficial", sustentada por el Poder. La interpretación vascongada: oculta que haya habido unidad política de la tierra de Euskal Herria y niega que navarra haya sido la estructura política de todos los vascos. Sostiene, por el contrario, una fantástica época de independencia propia de cada territorio histórico que concluiría en el establecimiento de un pacto, de igual a igual, expreso o tácito, con el rey de Castilla. Sin embargo, es preciso hacer constar que el origen de esa interpretación es estrictamente político. Tenían que mantener el "status quo" jurídico-político, aunque fuese más o menos supeditado al poder de Castilla; para ello no podían decir que eran navarra, pues hacerlo suponía alta traición para la Corona de Castilla; asímismo eran conscientes de la imposibilidad del pacto si se reconocía la conquista, y entonces, sin faltar básicamente a la verdad, afirmaron que antes de 1200 eran independientes y que, en esta fecha, como fundamento político, habían pactado de igual a igual con Castilla. Los autores más conocidos que han mantenido esta interpretación de la Vasconia partida son: Novia de Salcedo, Labairu, Gorosabel, Arana, etc. Ha surgido en la actualidad una corriente neovascongada, que aún reconociendo que antes de 1200 Araba, Bizkaia y Gipuzkoa eran navarra, sin embargo son de la opinión de que las relaciones de dichos territorios con Castilla tras la conquista y anexión inclinan a pensar en un consentimiento que va generando en la práctica un estatus pactado. Frente a ellos son cada vez más los que denuncian estas falsas interpretaciones como castellanistas, voluntaristas, entreguistas, presentistas y pactistas. Asimismo los "juristas" neoforalistas, autonomistas y estatutistas, de espaldas a planteamientos verdaderamente científicos y empíricos, sostienen que existen grandes coincidencias en el derecho foral de los distintos territorios llamados históricos, pero que no constituyen a un Derecho único y común a toda la territorialidad, para concluir afirmando que nunca ha habido unidad política y jurídica en todo el territorio, lo que es absolutamente erróneo. Argumentan que casualmente los vascos de las distintas provincias tienen derechos forales parecidos, pero aparentan no saber a qué es debido, como si fueran efecto de algo natural o quizás genético. Olvidan que también en la lengua los dialectos son siempre posteriores a la misma y no al revés. Igual ocurre aquí con el Derecho único, pirenaico o navarro, que se fractura por las conquistas en variantes locales. El eco de los sucesos acaecidos alrededor del año 1200 ha emergido periódicamente a lo largo de la historia hasta hoy en día. Algo parecido a lo que sucede con 1.512 en la navarra oriental. Sobre todo coincidiendo con los momentos críticos de grandes convulsiones geopolíticas: así en las tensiones surgidas a partir del siglo XVIII en los territorios occidentales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa con España; en la guerra de la Convención a partir de 1789 para obtener el reconocimiento por Francia y en la defensa de las instituciones forales durante los siglos XIX y XX frente al absorcionismo español; hoy también vuelve a surgir el recuerdo de la conquista, mal interpretado como entrega voluntaria y pacto, a manos de la historiografía española, pero para encontrar argumento justificativo a los llamados derechos históricos y al autonomismo constitucionales. La constatación de la realidad navarra: por el contrario, mantiene con mayor o menor insistencia que el Reino de navarra es un estado europeo, el único que han tenido los vascos. navarra fue el Reino vasco. La unidad política vasca es navarra. Así lo prueban los testimonios de carácter jurídico-político, con la constatación de las tenencias navarras presentes durante los siglos X, XI y XII en los actuales territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y La Rioja, y la territorialidad de los tratados internacionales de 1016, 1127 y el Laudo Arbitral de Londres de 1177, llegando sus aguas marítimas en 1190, según la documentación existente, hasta Castro Urdiales. Las leyes y fueros que recogen la condición de navarros de dichos territorios. Los libros de viajes que reflejan que los habitantes eran navarros, como los de Aimeric Picaud en 1.134 y Benjamín de Tudela en 1.170. Los textos de los historiadores cercanos a dichas conquistas, entre otros, Annelier y Ximenez de Rada. Esta interpretación la sostienen autores como Arnald Ohienart, José Moret Mendi, Arturo Campión, Anacleto Ortueta José Mª Lacarra, Antonio Ubieto Arteta, Ildefonso Gurruchaga y Pierre Narbaitz. Sobre la valoración resumida de los hechos ocurridos en el año 1200, estas tres corrientes también discrepan en lo siguiente: Para la interpretación española, ocultando lo que dicen sus propias fuentes contemporáneas, que informaban de la conquista, se trataría de la voluntaria entrega de unas supuestas provincias vascas al Rey de Castilla. Para la vascongada, de un pacto entre iguales ya original ya tácitamente surgido en la práctica, que sería la base del régimen foral. Para la navarra, de conformidad con las fuentes tanto documentales como materiales, fue una invasión, conquista y ocupación militar, jamás consentida por navarra. Siglos de implacable manipulación de la memoria colectiva y de permanente violencia cultural, nos han atado a la impostura de la tergiversación histórica oficial. Por eso es tan costoso lograr la desintoxicación de patrañas como la "voluntaria entrega". Se han escondido meticulosamente las acciones de la sistemática conquista, ocupación, nacionicidio, lingüicidio y asimilación premeditadas, no siendo de recibo los planteamientos que pretenden la justificación de todo ello. Ocultar la realidad de la Vasconia tardo antigua, de la Galia Comata o del Reino de Pamplona/navarra, y defender las puntuales incursiones de Asturias-León y de su Condado de Castilla como base de una supuesta alternancia de poderes, no tiene base documental seria. Se han utilizado como pruebas documentos falsificados tiempo después, o interpretaciones erróneas de sus crónicas. Sostener la existencia de dos comunidades es una dicotomía infernal. No podemos seccionarnos y segregarnos, ni individual ni colectivamente, entre vascos y navarros. "Navarro" es ante todo un concepto jurídico-político. En el Codex Calixtinus (1.134) se denomina navarros a los habitantes de Araba, Bizkaia y Nájera hasta pasados los bosques de los montes de Oca, después de los cuales (Atapuerca) comienza "Hispania". En las alegaciones al Laudo Arbitral de Londres de 1177, se constata "la fidelidad manifiesta de sus moradores naturales" al rey de navarra. A partir de la conquista del año 1200 reivindicar ser navarro y no castellano, en los territorios conquistados, era castigado como alta traición por el Rey de Castilla. Desde la sociedad propia todos los vascos somos políticamente navarros y todos los navarros somos culturalmente vascos. Son dos caras de la misma moneda.
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http://www.puntubi.com/herriak/nafarroaosoa.htm
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